El gas natural está creando una nueva realidad para las economías de todo el mundo. Tres acontecimientos importantes de los últimos años han puesto al gas natural en el punto de mira: la revolución del gas de esquisto en los Estados Unidos, la reducción del suministro de energía nuclear tras el desastre de Fukushima en Japón, y las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania.
¿Qué se está cocinando?
En la última década, el descubrimiento de cantidades masivas de recursos de gas no convencional en todo el mundo ha transformado los mercados mundiales de energía y ha remodelado la geografía del comercio mundial de energía (véase el mapa). El consumo de gas natural representa ahora casi el 25 por ciento del consumo mundial de energía primaria. Mientras tanto, la proporción de petróleo ha disminuido del 50 por ciento en 1970 a cerca del 30 por ciento en la actualidad.
El gas natural, sin embargo, es diferente de otras fuentes de energía. Al ser más ligero que el aire, es un producto que no viaja fácilmente y es caro de transportar. Por lo tanto, los mercados de gas natural tienden a ser regionales, y mucho menos integrados que los mercados de petróleo. El transporte de gas natural requiere redes de gasoductos costosas o infraestructura y equipo de licuefacción, incluidos buques especializados, y luego la regasificación en el lugar de destino. La limitada integración mundial de los mercados de gas ha dado lugar a diferencias de precios sustanciales entre las regiones en los últimos años debido al auge del gas de esquisto de los Estados Unidos y al desastre de Fukushima, a pesar del aumento del comercio de gas natural licuado.
La revolución del gas de esquisto de los Estados Unidos
Con los avances en la perforación de rocas de esquisto, un fuerte aumento de la producción de gas de los Estados Unidos ha convertido al país en el mayor productor de gas natural del mundo, y se espera que pronto se convierta en un exportador neto de gas natural. El auge del gas de esquisto también ha tenido un impacto significativo en los patrones del comercio mundial de energía: las importaciones de combustibles fósiles de los Estados Unidos disminuyeron a 225.000 millones de dólares en 2013 desde 412.000 millones de dólares en 2008.
El auge de la oferta también ha hecho que los precios del gas natural en los Estados Unidos se reduzcan drásticamente en un 70% en los últimos años, lo que ha introducido diferencias de precios sustanciales en otras regiones (véase el gráfico). Por ejemplo, el gas estadounidense se vende a 4 dólares por millón de unidades térmicas británicas, en comparación con 10 dólares en Europa y cerca de 17 dólares en Asia.
La ventaja de los Estados Unidos en materia de gas natural también ha dado lugar a un aumento de la competitividad de los Estados Unidos en productos no energéticos, lo que a su vez afecta a sus competidores.
La proporción de las exportaciones de manufacturas con uso intensivo de energía en el total de las exportaciones de manufacturas de los Estados Unidos ha ido aumentando constantemente, mientras que la proporción de las exportaciones de productos no intensivos en energía ha ido disminuyendo.
Las estimaciones muestran que el gas natural más barato en los Estados Unidos ha ayudado a elevar las exportaciones de manufacturas en alrededor de un 6 por ciento desde el comienzo del auge del gas de esquisto. Hay más pruebas que sugieren que los canales a través de los cuales los precios más baratos del gas natural nacional en los Estados Unidos podrían tener un impacto en las exportaciones de manufacturas están operando tanto en los márgenes intensivos (expansión de las empresas existentes) como en los amplios (entrada de nuevas empresas).
A medida que más países exploten nuevas fuentes de gas natural, no sólo es probable que la geografía del comercio de productos energéticos siga cambiando, sino que también lo hará la geografía de las exportaciones de manufacturas.
Si bien los usuarios de energía de los Estados Unidos han sido los principales beneficiarios de la disminución de los precios de la energía, la revolución del esquisto ha contribuido a estabilizar los precios internacionales de la energía, entre otras cosas liberando el suministro mundial de energía para los mercados europeos y asiáticos, lo que ha compensado parte de la escasez debida a las perturbaciones geopolíticas.
El desastre de Fukushima y sus consecuencias
El desastre nuclear de Fukushima Daiichi, ocurrido en marzo de 2011, puso de manifiesto las responsabilidades ambientales asociadas a la generación de energía nuclear e indujo un fuerte aumento del uso del gas natural.
Antes del desastre, alrededor de una cuarta parte de la energía del Japón se generaba mediante reactores nucleares. Después del desastre, el gobierno japonés decidió detener la producción en todas las plantas de energía nuclear del país. Para compensar la pérdida resultante en la generación de electricidad, las compañías japonesas de energía eléctrica aumentaron su uso de centrales eléctricas de combustibles fósiles y añadieron turbinas de gas natural a las plantas existentes.
Como resultado, las importaciones de gas natural licuado del Japón han aumentado drásticamente -alrededor del 40%- desde el desastre, convirtiendo al Japón en el mayor importador de gas natural licuado del mundo. El fuerte aumento de la demanda de gas natural ha hecho que los precios en Asia -y en particular en el Japón- dupliquen los de Europa y sean cuatro veces superiores a los de los Estados Unidos.
Tensiones geopolíticas
La crisis actual de Ucrania ha puesto de relieve la dependencia de los mercados energéticos europeos del gas natural. Ucrania y los países de Europa sudoriental parecen ser particularmente vulnerables a las posibles interrupciones del suministro de gas ruso. Si los cortes de gas persisten y se extienden a otros países, el mayor impacto será para Ucrania y los países de Europa sudoriental que reciben gas ruso en tránsito por Ucrania. Otros países, sin embargo, se verán afectados por el aumento de los precios al contado, que puede extenderse del gas natural a otros combustibles.
Combustible para la reflexión
En general, se espera que la pauta del comercio mundial de gas natural licuado, y de la energía en general, evolucione aún más. Si los Estados Unidos se convierten gradualmente en un exportador neto de gas natural licuado, esperamos que los precios internos del gas natural aumenten pero sigan siendo notablemente inferiores a los de Europa y Asia, dados los costos de la licuefacción.
El gas natural es la fuente de energía más limpia entre otros combustibles fósiles (productos petrolíferos y carbón) y no sufre las demás responsabilidades potencialmente asociadas a la generación de energía nuclear. Por lo tanto, la abundancia de gas natural podría servir de “puente” entre el punto en el que nos encontramos actualmente en cuanto a la combinación energética mundial y un futuro esperanzador que implicaría principalmente las fuentes de energía renovables.
Si bien las fuerzas del mercado dan forma a la combinación energética, la política energética tiene una función que desempeñar, incluso en el caso del carbón y las energías renovables, lo que a su vez repercute en el comercio mundial de energía. En este sentido, Europa y el Japón se encuentran en una encrucijada, enfrentándose a un difícil equilibrio entre las preocupaciones ambientales, los objetivos de eficiencia económica y la seguridad energética. Lograr ese equilibrio debería ocupar un lugar destacado en los programas de los encargados de la formulación de políticas.
Lea nuestro artículo especial sobre productos básicos en el capítulo 1 de nuestras Perspectivas de la economía mundial de octubre de 2014 para obtener más detalles sobre este tema.